viernes, 8 de enero de 2016

SANTA FILOMENA 91

Santa Filomena 91


Hace un buen tiempo la publicidad de este - relativamente - nuevo proyecto cervecero me venía persiguiendo. Ya sea en forma de invitaciones de amistad en Facebook, referencias de haber sido alguna vez sede de las ya célebres "Catas colaborativas", o simplemente visitas de amigos documentadas con sus respectivas fotos (de esas que dan sed y de la que no parece ser sana...) me empujaron a descubrir que ofrecía este, de momento, desconocido bar. ¿Qué encontré en Santa Filomena 91? Vamos paso a paso.

Cervezas. La oferta en cervezas de barril se traduce en cuatro salidas de schop. Se pueden encontrar las marcas nacionales Tübinger (con su galardonada Hoppiness IPA), Spoh (A.A.A.) y Granizo (con la ya quasi legendaria IRA!), además de una invitada belga, Kastell Rougue. La oferta  puede parecer modesta en cantidad, pero sin duda está consagrada en calidad, las cosas comienzan bien.


Cerveza Tübinger Hoppiness IPA a un insuperable precio: 2 schops de 474 cc por $3.000. Creo que no veía ese precio por una cerveza de primera calidad desde hace unos 3 años, fácilmente.



Por su parte, las botellas son las encargadas en este local de calmar la sed de variedad. Los abarrotados coolers de Santa Filomena 91 albergan una variopinta selección de cervezas, donde destaca la presencia de cervezas belgas de alcurnia (Kastell, Dupont, Chimay, Westmalle, entre otras), el catálogo ya reconocible de cervezas norteamericanas (Ballast Point, Coronado, Anderson Valley a la cabeza), como también la sorprendente y agradable irrupción de cervezas del Reino Unido.

                                         
 Si tienen alguna duda, pueden ver los coolers en HD...

Ambiente. Acá puede haber fuente de confusión. Para el visitante primerizo - como fue el caso - puede parecer algo extraño llegar a la dirección y ver a gente tomando jugos o bebidas carbonatadas a través de una ventana... no se atemorice, ese es el local aledaño. Lo que tiene que hacer es subir una larga escalera de madera para llegar al templo de la cerveza.

Santa Filomena 91 se encentra en el segundo piso de una casona de fachada continua del Barrio Bellavista ¿Qué implica eso? un espacio amplio y agradable, pero no necesariamente bien distribuido.

En cuanto al ambiente del lugar, una agradable selección de música anglo recibe al pasajero y lo cobija mientras da rienda suelta al placer cervecero.

Mención aparte merece la disonante decoración marina del lugar, que pareciera estar completamente "out of context" (como esos notables screenshoots de BKN) ¿Cuál sería la explicación del fenómeno? según mi registro de Redcompra ese día fui a un restaurant llamado "De bote a bote". Todo parece indicar que la decoración, que rinde tributo a Popeye, sería parte de un anterior proyecto, por lo que los remos, botes y sogas deberían tirarse por la borda próximamente.


Homenaje a Simbad el marino camuflado con un astrolabio de Ballast Point

Comida. La carta de comidas es tímida y no corre mayores riesgos. Para acompañar los sorbos de cerveza artesanal se puede optar por pizzas, hamburguesas, quesadillas y papas fritas (las últimas no están en la carta, pero si están disponibles en la cocina).

Si bien la oferta es reducida y técnicamente de simple factura, se trata de preparaciones bien logradas. Así, por ejemplo, la masa a la piedra de las pizzas resulta equilibrada, mientras los ingredientes de las mismas impresionan frescos y de calidad aceptable, lo que repercute en un bocado a la altura de los bebestibles.

             
"Acercamiento electrónico" a la pizza "mar y tierra" (cebolla, camarón, tomate y rúcula).

Llama la atención que teniendo una buena masa a la piedra el local no se la juegue por un abanico de ingredientes más amplio. Con ese simple gesto la carta de comidas crecería y ganaría en variedad (conservando la calidad de los ingredientes por favor...). Creo que es un punto a mejorar, sin duda.

Ahora bien, no todo son pizzas. Santa Filomena 91 también ofrece generosas hamburguesas, acompañadas de papas fritas y una agradable porción de ricotta para juguetear. Buena porción, aunque el pan acusaba ser lo menos fresco del plato.



Calidad de servicio. Primera prueba: ¿nos podría traer muestras de los schops para degustar? En lugar de escuchar alguna negativa disfrazada de falsa cortesía, o bien un cuestionamiento de vuelta como "pero ¿que cerveza le gusta?" con el tono aquel de "no estoy para tu leseo / webeo..."; al instante se presentaron sobre la mesa cuatro pequeños vasitos para  probar como venía la mano desde la barra.


Después de este breve ejercicio de cata, derecho fundamental que debe ser respetado en todo bar que se precie de cervecero, la elección de schop estaba clara.

Segunda prueba: "Creo que se equivocaron, esta no fue la cerveza que pedí". Ante eso el mesero, en lugar de alterarse o armar trifulca, consultó en la barra. Tras ello llegó el mismísimo administrador a ofrecer explicaciones, las que fueron verosímiles. Todo bien: la cerveza era la que correspondía y el personal respondía amablemente, incluso ofreciendo cambiar la cerveza de ser necesario. Claramente eso no fue necesario, ya había plena convicción sobre la buena calidad del servicio.


Tübinger Hoppiness IPA, la cerveza de la "discordia"

En cuanto a los tiempos de espera, nada que decir, excelente respuesta, tanto de la barra como de la cocina. El balance sólo podía ser positivo, personal amable, bien instruido y con nervios de acero: una combinación ganadora.

Baños. He aquí la sección favorita de los seguidores de este espacio. Como comentaba anteriormente, Santa Filomena 91 se instaló en una antigua casona de fachada continua del Barrio Bellavista ¿qué tiene que ver eso? Pues bien, la distribución de los espacios opera por secciones o habitaciones, y los baños no son la excepción. Literalmente dos "salones de baño" reciben a los parroquianos y parroquianas para quedar listos para el próximo "refill".

Ahora bien, como margen de mejora, es curioso que teniendo un espacio tan amplio como baño, éstos apenas cuenten con un pequeño urinario, un inodoro y un lavamanos, los que parecen naufragar en el enorme salón. Creo que en una próxima remodelación se puede hacer algo para mejorar la distribución y optimizar los espacios (los urinarios en una cervecería nunca están demás, como tampoco una eventual "privacidad" de una casetita para el inodoro).

La higiene de los servicios era aceptable, pero la falta de jabón a la hora de lavarse las manos sólo me corroboró que este espacio no es precisamente una de las prioridades del lugar.

Ubicación y locomoción. El nombre del lugar es auto explicativo y no da cabida a equívocos. Santa Filomena 91 se encuentra justamente ahí... sobre Santa Filomena, casi esquina Purísima. La ubicación lamentable o afortunadamente (según como se quiera ver...) obliga a caminar algunas cuadras para acceder a la locomoción pública, salvo que se opte por un taxi. Por mi parte, sólo me queda agradecer que puedo ir y venir al bar simplemente caminando, dada la cercanía que tiene con mi domicilio.

Palabras al cierre. Si bien la impresión inicial que me daban las redes sociales sobre Santa Filomena 91 eran las de un bar cervecero plenamente consolidado dentro del circuito santiaguino, la visita al lugar me dio otra sensación.

Estando sentado en cualquiera de los salones de la casona (salvo la barra, claro está) se percibe cierta falta de identidad. El visitante no sabe si esta en una galería de arte o en un acto conmemorativo del 21 de mayo... sólo recuerda que el lugar es una cervecería llamada Santa Filomena 91 al recibir la carta.

Sin embargo, el retrogusto que me deja Santa Filomena 91 es el de un buen proyecto cervecero, que se encuentra dando firmemente sus primeros pasos, que identifica las brechas de mejora y que trabaja por superarlas.

Al final del día la excelente atención, la buena calidad de sus productos, los incomparables precios (¡notables promociones en schop!) y su ubicación en un sector que no había sido explorado por los empresarios cerveceros terminan por darme una buena espina. Santa Filomena 91 es como una prometedora cerveza en etapa de fermentación. Sin duda dan ganas de volver para destapar el brebaje maduro.


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